Fatoumata Diawara, cantante.
Fatoumata Diawara, cantante.
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RFI

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Las africanas se "blanquean" para parecerse a Beyoncé: Fatoumata Diawara

La artista quiere despertar la conciencia de las generaciones futuras.

Michael Jackson era "el rey" del "blanqueamiento" de la piel, pero ahora en África "todas las mujeres" lo hacen porque "quieren parecerse a Beyoncé", lamenta la cantante y guitarrista Fatoumata Diawara (1982), miembro de un potente movimiento de "resistencia" que lucha por la identidad "afro".

La marfileña fue la estrella anoche del primer festival Músicas del Mundo Madrid (MMM), en el que presentó su último disco, "Fenfo", en el que anima a las jóvenes africanas a mirar a "ser" ellas mismas y denuncia el maltrato, la esclavitud, el tráfico de personas, la ocupación yihadista del norte de su país o prácticas "bizarras" como la despigmentación.

El "blanqueamiento" es "un fenómeno muy especial" en África, explica en una entrevista con EFE Diawara, que cree que solo hay dos "grandes damas" africanas, las cantantes Angelique Kidjo y Miriam Makeba, que no lo hacen.

Para el resto, dice, es "la definición de éxito, de ser estrellas", una creencia "muy difícil" de combatir en la actualidad porque hay "una amalgama" de "influencias" en las redes sociales que es complicado contrarrestar.

En uno de los temas de "Fenfo", "Kokoro", dice "hermana, ¿no estás orgullosa de ser quién eres? ¿a quién te quieres parecer?".

"Quiero despertar la conciencia de las generaciones futuras. Es muy difícil que las generaciones actuales paren de hacerlo. Todas quieren parecerse a Beyonce o a Nicki Minaj", subraya la artista.

Diawara cree que habrá que esperar a que empiece a "hacer efecto" un "potente" movimiento que va contra ese sistema, "una resistencia" inédita que promueven jóvenes nigerianos, entre otros, que quieren proteger lo "afro", "las rastas y todo eso".

La maliense, que actualmente reside cerca de Milán (Italia), lleva toda su vida "resistiendo": se negó a aceptar el matrimonio acordado que había concertado su familia para ella y huyó a París.

Allí empezó a trabajar como actriz hasta que su compatriota el productor y músico Cheikh Tidiane Seck le dijo que "aquello" que ella componía y cantaba con su guitarra era "un diamante puro", "una revelación".

"Hablo a través de la guitarra. Nina Simone me ha influido mucho y ella siempre decía que lo que quería era que el mundo la reconociese como instrumentista. No he ido a una escuela de música y aprender a tocarla ha sido, y es, mucho esfuerzo, pero eso es lo que quiero y por lo que quiero ser conocida".

"Realmente no hay muchas mujeres que la toquen", presume riéndose la cantante, que admite que "es mucho trabajo" porque hay que practicar cada día, componer pero le gustan "los retos".

Supone que fue su forma de tocar y cantar lo que les gustó a Paul McCartney, con quien compartió escenario, o a Herbie Hanckock, con quien grabó un disco, pero recalca modesta que ellos son artistas que "trabajan mucho con los africanos".

Canta en bambara, uno de los 75 idiomas que se habla en su país aunque el oficial es el francés, porque es la lengua en la se siente más conectada "con la verdad de su alma" y puede conectar su mensaje de energía con el público.

Hace apenas una semana que murió su padre, pero su luto, dice, es seguir haciendo lo que sabe y quiere hacer.

"Me siento serena, en la continuidad de la vida, que jamás ha sido fácil, siempre arriba y abajo pero sin bajar jamás los brazos en los momentos duros. La música forma parte de mi terapia me ayuda a comprender la perdida y a pasarlo. Se que mi padre estaría orgulloso de mí", recalca.

Está embarazada de ocho meses de su segundo hijo y tiene uno de cuatro, "así que no es fácil, pero hay que adaptarse" porque "se puede hacer todo".

"Siempre tengo eso en mi cabeza y como no me gusta decir las cosas sino hacerlas, las hago esperando que sirva de ejemplo. Hay muchos artistas que me dicen que tienen proyecto de tener un niño o formar una familia y que después harán música. Deseo hacerles comprender a que todo es parte de la música: el amor, la felicidad, la vida, el matrimonio...", se ríe de nuevo.

Luce en su frente una línea blanca, que se pinta cuando quiere emprender algún reto o en ocasiones especiales": "Me dice lo que tengo que hacer y por dónde ir. Trabajo mucho con mi olfato y esta -añade señalándose la pintura- me guía en todo".

EFE 

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